Las Cruzadas fueron una serie de campañas militares impulsadas por el papado y llevadas a cabo por gran parte de la Europa latina cristiana. Las cruzadas, con el objetivo específico inicial de restablecer el control cristiano sobre Tierra Santa.
Los que tomaron parte en la Primera Cruzada fueron Godofredo de Bouillon, Bohemundo de Tarento y el conde Raimundo IV de Tolosa, al mando de las fuerzas lorenesas, normandas y provenzales, respectivamente. El fin de esta cruzada fue en 1099 y sus resultados fueron la toma de Nicea (1097), Antioquia (1098) y Jerusalén (1099).
Dentro de la historia, las cruzadas fueron una serie de expediciones militares (1096-1291), organizadas por los caballeros de la cristiandad occidental, bajo la dirección de la Santa Sede, con el fin de expulsar a los musulmanes de los Santos Lugares
MAPA DE LAS CRUZADAS:
Los jefes y soldados de la Primera Cruzada eran en su mayoría franceses, cada capitán comandaba su propio ejército. Se tomó el acuerdo de que todas las fuerzas militares se encontrarían en las cercanías de Constantinopla en 1099 y allí empezarían las operaciones contra los turcos.
8 Cruzadas:
Normalmente a petición del Papa, que comenzaron en 1095 y cuyo objetivo era recuperar Jerusalén y otros lugares de peregrinación en Palestina, en el territorio conocido por los cristianos como Tierra Santa, que estaban bajo control de los musulmanes. Los historiadores no se ponen de acuerdo respecto a su finalización, y han propuesto fechas que van desde 1270 hasta incluso 1798, cuando Napoleón I conquistó Malta a los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, una orden militar establecida en esa isla durante las Cruzadas. El vocablo cruzada (de ‘cruz’, el emblema de los cruzados) se aplicó también, especialmente en el siglo XIII, a las guerras contra los pueblos paganos, contra los herejes cristianos y contra los enemigos políticos del Papado. Por extensión, el término se emplea para describir cualquier guerra religiosa o política y, en ocasiones, cualquier movimiento político o moral. Así, en España, los alzados contra el gobierno republicano en 1936 pronto denominaron a la guerra iniciada por ellos mismos (1936-1939) Cruzada, por considerar que su objetivo era vencer el ateísmo.
La primera cruzada 1095-1099La segunda cruzada 1147-1149La tercera cruzada 1189-1192La cuarta cruzada 1202-1204La cruzada de los niños 1202-1202La quinta cruzada 1218-1221La sexta cruzada 1228-1229La séptima cruzada 1248-1254La última cruzada 1270-12??
Consecuencias De Las Cruzadas
La expulsión de los latinos de Tierra Santa no puso fin a los esfuerzos de los cruzados, pero la respuesta de los reyes europeos y de la nobleza a nuevas convocatorias de Cruzadas fue débil, y las posteriores expediciones se llevaron a cabo sin ningún éxito. Dos siglos de Cruzadas habían dejado poca huella en Siria y Palestina, salvo numerosas iglesias, fortificaciones y una serie de impresionantes castillos, como los de Marqab, en la costa de Siria, Montreal, en la Transjordania, el krak de los Caballeros, cerca de Trípoli y Monfort, cerca de Haifa (Israel). Los efectos de las Cruzadas se dejaron sentir principalmente en Europa, no en el Próximo Oriente. Los cruzados habían apuntalado el comercio de las ciudades italianas, habían generado un interés por la exploración del Oriente y habían establecido mercados comerciales de duradera importancia. Los experimentos del Papado y de los monarcas europeos para obtener los recursos monetarios para financiar las Cruzadas condujeron al desarrollo de sistemas de impuestos directos de tipo general, que tuvieron consecuencias a largo plazo para la estructura fiscal de los estados europeos. Aunque los estados latinos en el Oriente tuvieron una corta vida, la experiencia de los cruzados estableció unos mecanismos que generaciones posteriores de europeos usarían y mejorarían, al colonizar los territorios descubiertos por los exploradores de los siglos XV y XVI.
IMAGENES DE LAS CRUZADAS:
La Segunda Cruzada (1147-1149). En Europa, las noticias de la caída de Edesa produjeron una alarma inmediata, especialmente entre los dirigentes de la Iglesia. El Islam estaba dispuesto a expulsar a los cristianos de Tierra Santa. El Papa Eugenio II confió en una segunda cruzada al más importante clérigo de la Iglesia de esa época, San Bernardo de Claraval. Fue dirigida por Luis VII de Francia y Conrado III de Alemania y se retiró después del fracaso del asalto a Damasco en el 1148. En los treinta años que siguieron al fracaso de la Segunda Cruzada, Tierra Santa sufrió una total y amenazadora transformación. Por primera vez, los musulmanes se unieron en un gran ejercito contra sus invasores. Las campanas de las iglesias fueron fundidas y los suelos y paredes de la mezquita de Omar purificados con agua de rosas.
La Tercera Cruzada (1189-92). Urbano III muere y le sucede Gregorio VII. Esta cruzada es consecuencia de la derrota de Hattín y la toma de Jerusalén en 1187 por Saladino. Fue organizada por Felipe Augusto II de Francia, Ricardo I Corazón de León de Inglaterra y Federico I Barbarroja de Alemania. Este último murió en Silicia en 1190; Corazón de León tomó Chipre en 1191 y luego con Felipe Augusto II toman Acre en 1191. Ricardo estableció una tregua de tres años con Saladino. El poder del Islam bajo Saladino parecía insuperable. Saladino muere y los musulmanes se sintieron desvalidos.
La Cuarta Cruzada (1202-04). Inspirada por Inocencio III, el Papa en 1198. Se compone predominantemente de franceses, destacando Bonifacio de Montferrato y Teobaldo de Champaña. Debido a la intervención veneciana, tuvo como consecuencia la fundación del Imperio Latino de Constantinopla en 1204. Los cruzados sólo podían obtener los barcos en Venecia, Pisa o Génova, ciudades que eran poderosísimas e importantes centros culturales y comerciales. Hacia 1205, el Imperio Latino alcanzó su mayor extensión. Bonifacio resultó muerto en una batalla contra los búlgaros. La fragilidad del Imperio Latino era evidente.
La Cruzada de los Niños (1212). Miles de niños se concentraron en Francia y en el Oeste de Alemania e iniciaron una penosa marcha con intención de llegar a Tierra Santa y reconquistar Jerusalén. Consiguieron alcanzar Marsella y puertos del sur de Europa. Pocos fueron los sobrevivientes de esta cruzada.
La Quinta Cruzada (1217-1221). Proclamada por Inocencio III. Intervienen en esta: Juan de Brienne, que era el rey titular de Jerusalén y Andrés II de Hungría. Después de ser derrotados ante el monte Tabor, los cruzados pasaron a Egipto y ocuparon por un tiempo Dalmietta. Los cruzados esperaban conquistar Egipto pero no triunfaron, porque el sultán los amenazó inundando las zonas rivereñas del bajo Nilo y pidieron la paz.
La Sexta Cruzada (1228-1233). Fue una cruzada imperial, organizada por el excomulgado Federico II de Alemania y por medios diplomáticos que consistían en el Tratado de Jaffa (firmado también por el Sultán y Federico II), logró la recuperación de Jerusalén, Belén y Nazareth.
La Séptima Cruzada (1248). La atención de Federico se centró en el conflicto con el Papado. Esta cruzada fue muy parecida a la Quinta Cruzada, preparada con el mismo criterio, con parecida ignorancia y culminada con igual desastre. Fue la respuesta a la derrota de Gaza en 1244. San Luis, mal aconsejado, dirigió sus fuerzas contra el Cairo, pero fueron cercados y vencidos en Mansurah.
La Octava Cruzada (1270). Dirigida por San Luis en contra de Túnez. Los cruzados desembarcaron en el norte de África y fueron bloqueados en Cartago. Les faltó agua y una peste se cernía sobre el ejército. Concluye con la muerte de San Luis.
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